Pues estuvimos en febrero de 2024 y parece que en invierno no se puede visitar la torre del homenaje, si que se puede entrar al interior del castillo que tiene una portada muy bonita y al no tener los lienzos de la parte que da al valle, desde el patio se puede disfrutar de unas vistas preciosas, bueno, realmente desde el exterior también. Una vez que lo vimos, nos fuimos buscando un sitio desde el que se viera bien desde lejos, aunque el día estaba bastante nublado, incluso lloviendo y las imágenes no son todo lo bonitas que nos hubiera gustado conseguir, pero el intento, lo hicimos.
La fortaleza se encuentra sobre una colina al noroeste de la población burgalesa y, se puede acceder a las inmediaciones en vehículo de forma sencilla. El recinto es en forma de barco con la portada en una punta y la torre del homenaje en el centro. Es estrecho y salpicado de torres redondas más pequeñas. Por detrás de la torre, sigue un trozo de muro con otra torrecilla en forma de D en la punta. Las primeras construcciones del recinto son del siglo XI, y su finalidad era evitar el avance árabe hacia el norte evitando una nueva reconquista de los territorios cristianos conquistados. Aunque la mayoría de lo que se conserva data de tiempos del primer conde de Miranda, de la segunda mitad del siglo XV.
Toma como modelo de construcción al Castillo de Peñafiel, y también al Castillo de Gormaz. Otro sistema defensivo que utiliza el recinto es el de su situación, entre un río y un monte, como en Burgos, Frías y Castrojeriz. La torre del homenaje consta de cuatro plantas de vigas de madera. Las murallas tenían un gran grosor y algo destacable era la perfección de sus proporciones haciendo de éste castillo una de las mejores fábricas de la provincia burgalesa. Un foso, que aún se conserva, defendía la puerta de entrada al recinto que se salvaba con un puente levadizo que daba acceso a su bonita puerta ojival.
El acceso a la torre del homenaje, se hace por una puerta, de arco ojival igualmente, que hay en la segunda planta, a la que se accede por una escalera metálica de reciente instalación. La torre tan sólo muestra aperturas en el lado que da a Peñaranda. Éstos consisten en un ajimez en la primera planta, dos más en la segunda, un pequeño vano en la última planta y en su terraza, unas bonitas almenas sustentadas sobre modillones. Todo ello, hacen un conjunto arquitectónico de los más equilibrado y bello de la provincia. Todo el conjunto está fabricado en mampostería fortalecida por sillares en sus ángulos, el coronamiento de la torre y en las dovelas de las puertas.
En el siglo XVII, el recinto, ya caduco e inservible, hizo que su propietario, el conde de Miranda, se instalase en el palacio que poseía en la villa y que utilizaba como almacén de armamento. A pesar del abandono, su recia fábrica ha hecho que sobreviva hasta nuestros días bastante bien conservado. En el interior de la torre del homenaje, se ha instalado el Centro de Interpretación de los Castillos, siete salas, en donde el visitante descubrirá como vivían los habitantes de este tipo de recintos y, desde su terraza, podrá ver desde casi el cielo, uno de los pueblos mas hermosos de la ribera del Duero.
¡¡Conoce y vive España!!
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