Decidimos ir a ver este castillo. Está situado en el centro del pueblo de Casarrubios del Monte, en Toledo. El castillo se encuentra en creciente ruina y está totalmente vallado, por lo que no se puede ver por dentro. Tan solo pudimos hacerle algunas fotos desde fuera, intentando salvar la valla para que no saliera en las fotos. El castillo es bonito y debió serlo aún más. Está construido con ladrillo rojo, como el de Coca en Segovia o el mismo Castillo de Medina del Campo. Tres de sus cuatro torres son octogonales y, la cuarta, que es más grande y por ende la Torre del Homenaje, es cuadrada con torres octogonales también en tres de sus esquinas. La torre norte parece rehabilitada, es preciosa y original. A la torre este, le han adosado dos anillos de hierro para evitar su colapso (a ver cuanto aguanta) y, la torre sur, está a medio rehabilitar.
Su arquitectura, al igual que la de los castillos antes mencionados, es el gótico mudéjar de carácter militar, propio de tiempos de Los Reyes Católicos, de finales del siglo XV. El constructor de la fortaleza fue el mismo Alí Caro, constructor también del mencionado Castillo de Coca (ya decía yo del parecido), un alarife mudéjar de lo más reputado. El edificio estaba construido extramuros de la villa y contaba con cuatro torres inacabadas y foso alrededor. El el único castillo de la provincia de Toledo construido con ladrillo macizo.
La puerta principal se encuentra adosada a la torre del homenaje, en el lado sureste y porta los escudos de los Reyes Católicos y los Chacón. La puerta en realidad eran dos puertas, una a continuación de la otra y en medio un rastrillo para facilitar la defensa desde la torre del homenaje y la torre este. La forma de la puerta es de arco gótico apuntado de gran amplitud y belleza. Siempre perteneció a los señores y condes de Casarrubios, cuyos títulos y propiedades pasaron a la Casa del Duque de Alba que, posteriormente vendieron el castillo a un vecino de la villa en 1899.
El castillo de Casarrubios del Monte cuenta con una peculiar historia medieval. Fue moneda de cambio entre reyes y nobles castellanos en innumerables ocasiones, una de las mas destacadas es que fue donado por Enrique IV a su hermana Isabel con la condición de que no lo enajenara (venderlo o cederlo) pero, esta se lo devolvió al Almirante D. Fabrique Enríquez al que se lo había quitado el rey después de una enemistad entre ambos. El rey Enrique, cogió un berrinche y se lo donó a D. Gonzalo Chacón, futuro secretario real. Año y medio después, el rey lo volvió a donar a otro amigo, el futuro Conde de Fuensalida. Una vez muerto el rey Enrique IV, el nuero rey Fernando el Católico se lo devolvió a D. Gonzalo Chacón en 1475, permaneciendo en la familia Chacón hasta su absorción por el ducado de los Alba.
En definitiva, un castillo peculiar, con mucha historia (aunque ninguna batalla se dio en sus paredes), único en su especie, que a pesar de ser BIC sigue en manos particulares que, además lo tiene abandonado a su suerte y, que si alguien no lo remedia, pronto se terminará de caer a pedazos. A mi entender, este tipo de monumentos debe contar con propiedad estatal o local, pero nunca en manos particulares, sobre todo si no se encuentra en perfecto estado y es visitable por el público en general.
¡¡Ya sabes, conoce y vive España!!
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