Este castillo domina toda la población desde la altura del cerro donde se ubica. Le habría puesto una mejor nota, pero hay un par de cosas que no me han gustado de este castillo para poder visitarlo por dentro. Primero hay que bajar una app, luego en horario de oficina hay que pedir un código a través de la app y, si la persona se percata de ello te manda uno que vale solo para unas horas. En fin, un lío. Nosotros no sabíamos nada de esto y, dejamos el coche cerca de donde está la subida al castillo y tuvimos que ir hasta la oficina que está un poco lejos, luego te explican, luego haces todo, te mandan el código, vuelves y a subir, lo dicho, un lío.
En cuanto al castillo, la verdad es que está muy bien, aunque no tiene visitas guiadas y le faltarían algunos paneles explicativos o videos. La fortaleza es de origen árabe, aunque se supone que fabricado sobre asentamientos íberos o romanos y, posteriormente reconstruido por los cristianos en el siglo XIII, tras ser conquistado el valle por las tropas de Aragón entre 1239 y 1242. En la gran torre del homenaje, se realizaban ceremonias de vasallaje al señor de la villa. También disponía de dos patios de armas, uno que servía para adiestramiento de la tropa y para refugio de la población en caso de ataque y el otro que es donde los soldados tenían sus dependencias.
Todo el castillo estaba protegido por muros y torres y a su vez la población también estaba rodeada de murallas con un foso y tres puertas. En el siglo XVI, el castillo lo convierten en palacio fortificado. El cardenal Mendoza, el tercer rey por su poder durante el reinado de los Católicos, compra esta fortaleza para regalársela a su hijo, Rodrigo Díaz, primer marqués de Zenete y señor de Ayora que es el que convierte el castillo en palacio. Su hija, Doña Mencía de Mendoza continúa con las obras una vez que hereda el castillo.
Al fallecer Doña Mencía sin descendencia, el palacio lo hereda su hermana María, casada con el marqués del Infantado, que unirá los dos señoríos hasta la abolición de los mismos en 1837. Durante la Guerra de Sucesión, en 1707, el castillo fue tomado por las tropas de Felipe V, que lo saquearon y quemaron la población y el palacio quedando abandonado. En 1812 los franceses lo ocupan y acaban con lo poco que quedaba del monumento. En el año 2000, el castillo es adquirido por el ayuntamiento que, a través de distintas subvenciones, trata de ponerlo en valor para dar a conocer este fabuloso patrimonio y atraer al turismo.
¡¡Conoce y Vive España!!
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