El castillo rojo de Peracense, una castillo muy bonito y distinto a todos los que hemos visto hasta el momento. Ya se que no es el primer castillo rojo que hemos visitado, pero además de que el otro, el de Riba de Santiuste en Guadalajara, no lo vimos por dentro, es mucho mas pequeño que este. El fallo que le vimos al Castillo de Peracense es que no dispone de visitas guiadas, algo fundamental para conseguir el máximo galardón aquí. Durante todo el año es visitable de miércoles a domingo en horario de mañana y tarde, aunque en los meses de invierno, varía mucho esto, y tan solo es visitable los sábados y domingos, y tan solo algunos días entresemana sueltos.
El color rojizo de la piedra de rodena, viene dado por el alto contenido en hierro que tienen. Para explotar este hierro, por la zona había muchas minas pero en los años 60 se cerraron, y entonces les dieron trabajo a los mineros reconstruyendo este castillo que, ante siglos de abandono, había sido expoliados y sus materiales se habían estado utilizando para otras construcciones. Es un recinto muy bien conservado y reconstruido merced a los mineros, siendo uno de los mejor conservados de Aragón.
Este castillo fue pieza fundamental en la defensa de la Taifa de Albarracín hasta 1170, cuando el señor de la taifa, lo entregó a Pedro Ruiz de Azagra, señor de Estella, como pago al rey navarro por la ayuda prestada al emir para defenderse de los almohades, quedando incrustado entre las fronteras de Castilla y Aragón hasta 1284, que fue conquistado por Pedro III de Aragón. Según prospecciones arqueológicas de la zona, el territorio en donde se emplaza el castillo ya fue ocupado en la Edad de Bronce. Durante los siglos X y XI, el lugar volvió a estar habitado bajo dominio musulmán aunque no han quedado restos constructivos de aquella época.
Es a partir del siglo XIII, cuando al estar encajonado entre los reinos de Castilla, Aragón y los señoríos de Albarracín Molina de Aragón y la Comunidad de Daroca, recobra importancia estratégica y se construye sobre la antigua fortaleza islámica, la fortaleza que hoy persiste, en lo alto de la roca. El castillo se amplía y reforma durante el siglo XIV. La fortaleza perdió importancia tras la Guerra entre los Dos Pedros y tras su incorporación en la Comunidad de Aldeas de Daroca fue convertido en cárcel y posteriormente siendo abandonado.
El recinto fue vuelto a ocupar durante la Primera Guerra Carlista de 1830-1833 por un destacamento liberal que lo adaptó a los nuevos tiempos de artillería. Siendo conocedores de que la muralla que defendía el recinto era demasiado débil, al ser de tan solo 1m de espesor, se construyó una nueva muralla que triplicaba a la anterior y ampliando el recinto con un nuevo patio de armas o albacar y unas caballerizas, en donde hoy se encuentra el centro de interpretación.
Por tanto, el monumento cuenta con tres recintos bien diferenciados: El recinto interior o alcazaba; El recinto medio; y el recinto exterior. La alcazaba es la primer construcción de la fortaleza, sobre una gran roca de piedra roja, construida en el siglo XIII. Tiene tres terrazas sucesivas hasta llegar a la cubierta exterior. Ahora hay unas escaleras metálicas para acceder a su interior, pero lo que había era una escalera móvil que salvaba los 4m de altura y que podía ser retirada en caso de ataque.
El recinto medio se añadió en la primera mitad del siglo XIV, y contaba con un aljibe y la muralla exterior con sus torres. El recinto exterior es el que he comentado antes. Fue la Diputación General de Aragón quien en 1987, dado el interés que suscitó este peculiar castillo rojo, acomete la restauración. Desde 2014, en el recinto exterior se hallan réplicas de armas de asedio medievales.
¡¡Conoce y vive España!!
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