Para mi, uno de los mejores castillo que he visto. Tuvimos la mala suerte de llegar muy tarde y tan sólo, después de insistir mucho, nos dieron la posibilidad de verlo por dentro pero muy rápido, en una media hora y ya no pudimos hacer la visita guiada, que son muy amenas y la guinda de cualquier pastel. Pero bueno, al menos lo vimos por dentro. Me llamó mucho la atención la torre del homenaje, que está construida en dos tiempos y dos estilos distintos, como La Torre del Clavero de Salamanca.
Fue construido por los árabes antes del siglo XII, aunque no se sabe con exactitud la fecha. Era una de las plazas fuertes musulmanas por lo que Jaime I de Aragón tuvo que asediarlo hasta tres veces para conquistarlo en 1240 con un ejército formado por la Orden de Calatrava y mercenarios almogávares al mando del comendador Rui Pérez Ponce de León. Éstas incursiones suponían una violación del Tratado de Cazorla en el que Villena sería territorio castellano tras su conquista. Finalmente pasó a Castilla merced al tratado de Almizra y custodiado por la Orden de Calatrava algún tiempo. Posteriormente fue entregado al infante Manuel de Castilla que a su muerte lo dejó en herencia a su hijo el escritor Don Juan Manuel, Príncipe de Villena.
El Príncipe de Villena desposó a Constanza de Aragón, hija de Jaime II a la edad de 6 años y la tuvo recluida en este castillo hasta que cumplió los doce años y pudo consumar el matrimonio. Ya en el siglo XV, fue nombrado Marqués de Villena Don Juan Pacheco, por el rey Juan II tras haber luchado con su hijo el futuro Enrique IV en la Primera Batalla de Olmedo. Siendo señor de este castillo acometió reformas como el revestimiento de los muros, el segundo lienzo de murallas, y las tercera y cuarta plantas de la torre del homenaje, convirtiendo con todo ello el castillo en palacio.
El castillo lo heredó su hijo, Diego López Pacheco y los Reyes Católicos, en 1476, alentaron a la población de Villena para que se sublevara contra Don Diego. Esto costó la vida a numerosos judíos y conversos que se habían refugiado en el castillo. Desde entonces el castillo perteneció a la Corona castellana, siendo el marquesado tan sólo un título honorífico. Este castillo también tuvo protagonismo en varias acciones militares, como en la Guerra de Sucesión, cuando 50 hombres fieles al Borbón soportaron ocho días de asedio de las tropas austríacas, que finalmente levantaron el cerco.
En la Guerra de la Independencia, el mariscal Suchet mandó volar las cubiertas de la torre del homenaje, incluyendo gran parte de las bóvedas almohades que junto a las del Castillo de Biar, son de las más antiguas de España y del Magreb. A partir de entonces el castillo fue abandonado y utilizados sus materiales por los vecinos para construir sus viviendas. A partir de 1958 se iniciaron obras de restauración, con las reconstrucciones de las cubiertas de la torre del homenaje y de las torrecillas que la coronan. Luego se restauraron las murallas que rodean el patio de armas y, en 1971 los cubos que franquean la puerta de entrada. Poco a poco, año tras año, nunca se ha dejado de mejorar las condiciones de conservación de éste precioso e histórico monumento.
¡¡Conoce y vive España!!
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