Esta fortaleza, es también llamada Castillo de la Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara o popularmente como El Palacio. Mucho nombre, a cual mas rimbombante o largo, pero el castillo está casi en ruinas, es privado y no es posible visitarlo. Se dedica a viviendas y labores agrícolas que poco tienen que ver con la primitiva concepción del edificio. La puerta de entrada es preciosa y se pueden ver algunos de los muros externos con algunos cubos salpicados aquí y allá. Sus orígenes templarios están situados en el siglo XIV.
Su aspecto actual es de una reconstrucción posterior de los siglos XVI-XVII. Se ubica muy cerca de la Iglesia de Santa María la Mayor. Al tomar Alfonso IX de León la villa de Alcántara en 1213, le entrega toda la zona oeste de la actual Cáceres a la Orden de Calatrava y pasa a la Orden de San Julián de Pereiro en 1218, que desde ese momento cambió su nombre a la Orden de Alcántara. Este territorio, con capital en Alcántara, estaba compuesto por varias encomiendas. Una de ellas fue la Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara, protagonista de esta fortaleza. El comendador Mayor de la Orden de Alcántara, convirtió la fortaleza en palacio y su residencia, justificando grandes gastos de mantenimiento y ampliaciones del edificio.
En 1397 Juan I de Portugal, mandó tropas al Castillo de Brozas, como represalia por los saqueos perpetrados por la Orden de Alcántara y Santiago en territorios portugueses. Estos ataques fueron repelidos por la fortaleza del recinto. En 1431, en el contexto de la guerra que los infantes de Aragón mantenían con el rey castellano Juan II, Pedro de Aragón destruyó el castillo del que se salvó tan solo la torre del homenaje. Otro conflicto acaecido en sus muros fue el de la guerra civil de la Orden de Alcántara entre los partidarios del maestre Gómez de Solís y los del clavero Alonso de Monroy.
Una vez que llegaron el trono castellano-aragonés los Reyes Católicos, Extremadura vivió un largo período de paz en sus territorios. A las defensas medievales del castillo, durante el siglo XVI se fue convirtiendo en palacio y en el siglo XVII, ante la guerra con Portugal, se le construyó un recinto abaluartado en forma de talud para acoger la artillería, que aún se conserva. En las obras del siglo XVI se gastó la Orden de Alcántara un capital dos millones y medio de maravedís, que es la cifra más importante invertida por la Orden de una sola vez en unas obras. En la parte mejor conservada se colocaron los escudos de Felipe II y en la coronación de la entrada principal el de Cristóbal de Mora, Comendador Mayor de la Orden. El lado este de la fortaleza presenta edificaciones que tapan el muro por la parte externa. El castillo está dividido en dos parcelas distintas, una de ellas se encuentra en estado total de abandono.
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