El Castillo de los Obispos de Sigüenza ahora pertenece a la red de Paradores Nacionales. En otros paradores que hemos visto, no se podía entrar, en éste si se puede, pero no lo sabíamos. Eso si, lo vimos por fuera, desde cerca y desde lejos y es una maravilla de edificio. Como casi todos los Paradores Nacionales, fue reconstruido en los años 60, 70 del pasado siglo, por lo que se ve un poco artificial, pero a mi entender, mejor así, rehabilitado y utilizado para algún menester, que se pueda ver gratuitamente o por un precio módico, a que esté en ruinas y desapareciendo poco a poco, ya que la naturaleza es implacable con el paso del tiempo.
El castillo tiene orígenes romanos, aunque fueron los omeyas los que levantaron una primera alcazaba en el siglo VIII. Fue el entonces arzobispo de Toledo, Bernardo de Agén, quien se lo conquistó a los almorávides, definitivamente, para el reino de Castilla en 1124, en tiempos de la reina Doña Urraca I de León y de Castilla. Desde entonces fue propiedad y feudo de los obispos de Sigüenza, que construyeron el castillo sobre la alcazaba anterior. En 1298 fue asaltado por el infante Alfonso de la Cerda, aspirante al trono castellano durante la niñez de Fernando IV. Fueron desalojados por los vasallos del obispo tras quemar las puertas con una cuba llena de tocino.
Uno de los elementos mas vistosos y bonitos del castillo, es sin duda su puerta de entrada. Construida en el siglo XIV por el obispo Simón Girón de Cisneros. Formada por dos torres gemelas que franqueaban la entrada desde la ciudad. En 1355, Pedro I, se apoderó de la fortaleza desterrando al entonces obispo Pedro Gómez Barroso. Aprovechando esa circunstancia, encerró en una de sus torres Doña Blanca de Borbón, noble francesa, esposa de rey, permaneciendo aquí confinada durante cuatro años. Prácticamente desde su llegada a la corte, ya casada con dieciséis años, fue retenida y encerrada en varios puntos del país, como Medina Sidonia, El Puerto de Santa María, Arévalo, Sigüenza, otra vez el Puerto de Santa María y al Castillo de Sidueña. Moriría asesinada a los veintidós años, por orden de su marido, estando recluida en el Alcázar de Jerez.
Durante el siglo XV, sirvió de refugio contra el pillaje llevado a cabo por tropas navarras, desde el Castillo de Riba de Santiuste, que habían tomado durante la Guerra de los Infantes de Aragón. Incluso el obispo ordenó a la población que acudieran armados a los muros ante el toque de campana, con la amenaza de confiscar sus bienes. El Cardenal Mendoza, que fue primero obispo de Sigüenza, mandó levantar la gran barbacana o antemuro y transformó el fortaleza en el palacio episcopal. Durante los siglos sucesivos, el castillo fue ampliado y modificado con edificaciones palaciegas como el llamado Salón del Trono y abriendo otras con grandes ventanales y balcones.
En el siglo XVIII el obispo amplió el carácter residencial del edificio creando oficinas y viviendas para funcionarios. Ha sido por su magnificencia residencia de todos los reyes castellanos y españoles a su paso por la ciudad. En 1710, fue el cuartel general del Archiduque Carlos de Austria durante la guerra de Sucesión siendo pretendiente a la corona española. En 1808 durante la ocupación napoleónica también es usado como cuartel de las tropas francesas que lo dañaron y saquearon. El Empecinado obligó a los franceses a abandonar el edificio momentáneamente para volver a tomarlo en 1811.
En 1827 es cuando vuelve a ser residencia episcopal y acoge al rey Fernando VII y a su séquito. En las Guerras Carlistas, el palacio vuelve a su función militar por última vez, sufriendo grandes destrozos, siendo definitivamente abandonado por los obispos como residencia, tras aquello. Su último destino fue el de cuartel de la Guardia Civil. En la Guerra Civil fue destruido y abandonado definitivamente, siendo objeto de pillaje y expoliación de elementos como rejas, gallas, azulejos, etc hasta que, fue restaurado y convertido en Parador de Nacional de Turismo inaugurado en 1972. El castillo ha sido reformado en los siglos XIV, XV, XVI y XVIII.
El edificio actual es casi de nueva construcción utilizando planos y documentos antiguos, y restaurando elementos como la Capilla Románica, la Portada y Torres, la barbacana, las dos portadas renacentistas del Patio de Armas, y el Salón del Trono. Se ha respetado el perímetro general del antiguo castillo, siendo la fachada este de nueva construcción. Muchas actuaciones han intentado restaurar el edificio a un aspecto medieval, al menos por fuera. El gran patio interior que albergaba a la población en caso de ataque, conserva el antiguo pozo. Las partes vistables del interior, han sido amuebladas con piezas de época como armaduras, labradas chimeneas, mobiliario medieval, etc. El castillo ha sido escenario de diferentes rodajes, como las películas Juana la Loca, Cristóbal Colón el descubrimiento, la serie Glow Darkness o el reality Traitors.
¡¡Conoce y Vive España!!
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