Llamado popularmente como Las Torres, Alcázar de los Condestables o Castillo de los Velasco. Llegamos a Medina de Pomar para ver este alcázar y, quedamos gratamente sorprendidos, aunque no pudimos verlo por dentro. Sus altos muros y torres en una localidad bastante humilde nos dejó boquiabiertos ya que no nos esperábamos este grandioso monumento medieval. En pleno verano hacía mucha calor pero lo estuvimos viendo por fuera deleitándonos en muchos detalles. Levantado por Pedro Fernández de Velasco y su esposa María Sarmiento a partir de 1380. Se notó la mano de María sobre todo en la exquisita decoración mudéjar del interior del castillo. El exterior, con sus dos emblemáticas torres, exhalan un sobrio aire militar.
El estilo mudéjar no solo se dejó notar en las decoraciones, sino también en el sistema de distribución de los salones netamente copiado de los palacios islámicos. Por desgracia, nada de esto ha perdurado en el tiempo y solo se conservan algunas yeserías que decoraban el salón principal. En este castillo se puso de manifiesto la admiración que los Velasco, condes de Haro y mas tarde Condestables de Castilla, sentían hacia los judíos y musulmanes. Queda probado por documentación de la época, que los condes de Haro, tenían a sueldo artesanos mudéjares que, además del monumento de Medina de Pomar, también trabajaron en otros palacios, fortificaciones y conventos de la familia.
El Alcázar de los condestables se ha convertido con todo derecho en la pieza más importante de la población burgalesa cuya portada, compuesta por las dos grandes torres unidas por un cuerpo central, todavía conserva las almenas en todo el perímetro. De estilo gótico, la fortaleza-palacio acoge hoy en día la casa de cultura de la localidad y El Museo Histórico de las Merindades. Exteriormente, su austera y fuerte fábrica con sillarejo, sus dimensiones y, la escasez de vanos (solo algunas aspilleras y ventanas ajimezadas de estilo gótico) hacen del conjunto medieval una muestra de fortificación eminentemente defensiva y militar.
Desde su construcción fue una muestra mas de la importancia de la Familia Velasco en el reino de Castilla. Fue Enrique II, el de las Mercedes el que donó Medina de Pomar al camarero real Pedro Fernández de Velasco por la ayuda prestada por éste en las luchas contra su Hermano Pedro I, El Cruel. En el cuerpo central es donde se encontraba el salón principal. Los aposentos y el archivo de los Velasco, se encontraban en la torre izquierda, que estaba cubierta por bóvedas quedando el torreón norte, mas frio, como residencia de la guardia y la servidumbre.
En el siglo XIX, los Duques de Frías, cedieron la fortaleza en usufructo al ayuntamiento que posteriormente consiguieron la propiedad. Entre los elementos que podemos encontrar en el museo está el albalá de Enrique II por el que otorga la Villa de Medina de Pomar en señorío a Don Pedro Fernández de Velasco, una boca de fuente romana del siglo III o IV o, una inscripción de la consagración de la Iglesia visigótica de Santa María de Mijangos del siglo VI. El pueblo se encuentra adornado en su casco antiguo con arte urbano en una exposición permanente que seguro que no te deja indiferente.
¡¡Conoce y vive España!!
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