Uno de los mejores castillos que pudimos ver en nuestra visita veraniega al norte. Además al ser la visita guiada, la disfrutamos mucho más y, la guía nos contó muchas historias asociadas al castillo y a sus moradores. Lo primero que hicimos fue esperar un ratito corto a que nos pusieran un video donde ya abrimos boca para disfrutar del monumento aragonés. Así es como deberían ser las visitas a este tipo de monumentos, es mucho más placentero para el visitante y además se crean puestos de trabajo. Una bonita estampa del imponente castillo nos aguarda una vez que salimos del centro de interpretación y ponemos rumbo al monumento. Impresiona un montón verlo, ahí, erguido viendo pasar ante si siglos y siglos de historia.
Reza su eslogan que El Castillo de Loarre es el castillo románico mejor conservado de mundo. Monumento grande y muy completo, fabricado en el siglo XI. Su origen fue un Palacio Real, mas tarde monasterio y en nuestros días se convierte en plató de cine, donde se grabó "El Reino de los Cielos", de Ridley Scott por ejemplo. Sus muros externos y sus once torres nos dan la bienvenida. Su fundador fue Sancho III, El Mayor, de Pamplona y poco después ampliada por su nieto Sancho Ramírez, rey de Aragón. Levantado sobre un espolón rocoso a 1071m de altitud, en días claros, se llega a ver la capital aragonesa, Zaragoza. El imponente castillo defendía la frontera musulmana y sirvió como punta de lanza de las huestes de Sancho III en su reconquista. Desde aquí se controlaba el principal bastión musulmán de la zona, Bolea.
El recinto, unió magistralmente elementos militares, palaciegos y religiosos, complementándose en perfecta armonía. Su interior alberga su gran tesoro, la Iglesia de San Pedro, también de estilo románico y del mismo siglo, donde destaca su imponente cúpula como obra maestra destacada del recinto por sus ricos y elegantes detalles. Dada su privilegiada ubicación, sus muros y torres han sido testigos directos de numerosas batallas en los inicios de la reconquista de la península a los musulmanes en sus primeros años. Sin duda, estar entre los muros del Castillo de Loarre, te transportará a otras épocas.
El hallazgo de monedas romanas, hacen pensar a los arqueólogos que el castillo se construyó sobre el asentamiento romano de Calagurris Fibularia. El desalojo de los musulmanes de la comarca de La Hoya, hace que el monumento pierda su carácter militar, perdiendo influencia. Durante el reinado de Pedro II, éste empeñó el castillo junto a otras zonas para sufragar los gastos militares, al noble Pedro de Ahonés que al acumular extensos territorios se hizo muy fuerte y llegó a sublevarse contra la corona. Una vez sofocada la sublevación y muerto el noble, el monumento volvió a la corona que, se la cedió a su tío el Infante Fernando, el cual cedió la tenencia al comendador de La Orden Hospital de San Juan de Jerusalén.
A finales del siglo XIII, el castillo fue saqueado por Pedro de Ayerbe que a su muerte, obligó a su hijo y mujer a pagar una fuerte indemnización a los habitantes de la villa por los daños sufridos por el castillo durante su ocupación. En el marco de la revuelta del Conde de Urgel, la fortaleza sirvió al bando urgelista y la abadesa Violante de Luna, opuso mucha resistencia a las tropas reales durante el asalto, aunque finalmente fue derrotada. En el siglo XV, la población se traslada al espacio en donde se encuentra hoy día, siendo el castillo abandonado y parte de sus materiales reutilizados en la nueva ubicación.
Todo el conjunto está rodeado de una muralla del siglo XIII formada por diez lienzos de 1.30m de espesor y un perímetro de 170m. Apoyada por torreones semicirculares de dos o tres plantas, con saeteras y hechas de forma irregular y entre 25 y 30m de distancia entre si. La excepción es la torre cuadrangular que defiende la Puerta de los Reyes situada a occidente. La entrada principal se encuentra en oriente y es de medio punto franqueado por dos torres semicirculares. Entre la muralla y el castillo, nos encontramos la torre albarrana Del Vigía, cuadrangular de tres plantas, sin adornos y en su última planta muestra tres ventanas, una de arco de medio punto y las otras dos en forma de aljiz.
La entrada al castillo es de estilo románico a través de una puerta con tres arcos de medio punto superpuestos cuyos adornos se perdieron en una rehabilitación de los años 40 del siglo XX. La puerta da paso a una imponente escalera con bóveda de medio cañón. En medio de la escalera, podemos encontrar dos puertas que dan paso a dos estancias. A la izquierda la del cuerpo de guardia, habitación de reducidas dimensiones. A la derecha, da paso a la Cripta de Santa Quintería en forma de ábside donde se encuentran dos escaleras hasta la iglesia en la entrada y que fue lugar de enterramientos.
Sobre la cripta, se ubica la Iglesia de San Pedro, construcción románica de una sola nave cuyo ábside se encuentra ricamente adornado con columnas adornadas con capiteles con motivos vegetales y bíblicos. La nave está cubierta por una bóveda de cañón. Entre el ábside y la nave hay una cúpula de 26m de altura. Al sur, la construcción de lo que fue el castillo original donde junto al patio de armas podemos encontrar la Iglesia de Santa María, construida antes que el monasterio, donde destaca el aljibe de 8.000 litros. La torre de la reina se sitúa a la entrada de la parte militar y, la Torre del Homenaje, de 22m de altura, consta de cinco plantas y se comunica con el castillo por un puente levadizo.
Una de las primeras ficciones rodadas entre éstos muros fue Crónica del Alba, cuyo actor fue un joven Jorge Sanz. Otra fue la mencionada El Reino de los Cielos con Orlando Bloom, Jeremy Irons y Liam Neeson. También en 2006, la película Miguel y William, ficción que juega con la posibilidad del encuentro entre Cervantes y Shakespeare. En la serie El Ministerio del Tiempo, el castillo fue utilizado como prisión.
¡¡Conoce y vive España!!
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