Es un castillo que nos ha gustado mucho. es pequeño pero está muy bien mantenido. Es particular y es de entrada libre, al menos por fuera, y al patio de armas. A las dependencias no pudimos entrar, aunque creo que hay una parte pública que puede que sea un museo. No se si estaba cerrado al ser domingo o que pasaba. Hay una parte que no está rehabilitada, al menos por dentro, pero el resto parece que está bien y, por fuera ya puedes ver por las fotos que es muy bonito. Más que un castillo parece un palacio fortificado.
Se encuentra ubicado en un llano, a las afueras de la localidad de Aranzuri que pertenece al municipio de Cendea de Olza. Su construcción es del siglo XV, aunque reformado a mediados del XVI. En el siglo XV pertenecía a Don Lancelot de Navarra, si, en Navarra hubo un Lancelot. Era hijo ilegítimo de Carlos III de Navarra (que era muy aficionado a todo lo referente a la leyenda de Arturo). Era protonotario del Papa Luna y administrador de la diócesis de Pamplona y aunque era clérigo, tuvo dos hijos ilegítimos aunque en ninguno de ellos prorrogó su nombre. Él fue el promotor del palacio, que hizo remodelando una construcción anterior de la que no queda nada.
Después, el palacio pasó a pertenecer a Don Juan de Montreal y, en 1486 pasó a manos de Juan de Beaumont. En 1512 Fernando el Católico conquista Navarra y, por su cercanía a Pamplona, sirve de alojamiento al conde de Lerín y a la plana mayor del ejercito del duque de Alba. La profunda reforma del siglo XVI la promueve Francés de Beaumont, caballero de la Orden de Santiago que no pagaba la obra y hubo de litigar en los juzgados. En 1788 pasa al duque de Escalante que, al ser cabo de armería estaba exento de impuestos. En 1960 la marquesa de San Román se lo ofrece a la Diputación para que sea restaurado, pero no llega a hacerse el traspaso. En 1991 fue cuando se hundió el tejado de una de sus torres, que aún sigue caído, la institución Príncipe de Viana se encargó de la reparación.
De arquitectura gótica, quizás sea de los pocos que quedan en Navarra de esta tipología y de los mejor conservados. De planta rectangular con torres prismáticas en sus esquinas. La torre del homenaje, tenía tres plantas y presenta ladroneras y matacán. Desde el emplazamiento, se domina el curso, la vega y el estratégico puente del Río Arga. El arco de entrada, debió desmontarse para permitir la entrada de maquinaria agrícola ¡una pena!
¡¡Conoce y vive España!!
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