Lo visitamos en 2019 cuando estaba abandonado y en venta. A finales de 2021 ha sido vendido y según decían lo iban a poner en valor y abrirlo al público por lo que ir a verlo será una experiencia aún mayor y mejor.
A partir del siglo XVI el castillo fue abandonado empezando su deterioro y, no fue hasta finales del XIX, cuando es restaurado, adquiriendo su exquisita apariencia actual.
Fue el Marqués de Torrecilla quien mandó reconstruir el castillo con un estilo exótico, similar al castillo que el Rey Luís de Baviera mandó construir.
Fue planeado por el Marqués de Cubas con formas góticas, nórdicas y fantásticas muy alejados de las torres y castillos imperantes en el país ibérico. La torre del homenaje es similar a la del Alcázar de Segovia.
La construcción tan solo está hecha con un fin lúdico y visual, lejos de las comodidades o usos propios de este tipo de edificios ya que, por poner algunos ejemplos, para pasar de unas torres a otras, había que pasar por pasarelas o escaleras al aire libre y, las torres no tienen apenas espacios útiles.
Las nuevas obras finalizaron, no sin dificultades financieras, a principios del siglo XX siendo su propietario el Marqués de Torrecilla, Andrés Avelino de Salabert. Después, pasó a manos del Duque de Medinaceli y mas tarde a la Duquesa de Cardona.
Es uno de los castillos mas impactantes y bonitos ya no solo de Vizcaya o el País Vasco, sino que pensamos que también de toda España, merced a su estampa, irrumpiendo con sus torres hasta el cielo. Es uno de esos edificios que te gusta verlos en fotos y a la vez piensas que seguramente al verlo en la realidad te decepcionará, pero en éste caso, es todo lo contrario, a pesar de haberlo visto en fotos, el impacto es mayúsculo y muy satisfactorio así que ya sabes, si estás o vas por la zona, parada obligatoria a tan solo unos kilómetros de Bilbao.
¡Conoce y vive España!
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