Castelo Dos Mouros (Sintra, Portugal) ⭐⭐⭐⭐⭐

    Es un castillo espectacular. Para subir, hay que hacerlo por una calzada que discurre por en medio de un bosque, bastante largo y con una pendiente bastante pronunciada. La entrada en si, ya es muy bonita con un arco de herradura de origen árabe, siguiendo toda la visita en los mismos términos.

     En algunos tramos parece la Gran Muralla China, salvando las distancias, y está llena de torres, almenas y toda la parafernalia propia de este tipo de construcciones. La visita, contando la subida y la posterior bajada, se puede ir perfectamente a las dos horas y media o tres horas. Por supuesto que las merece. Desde el castillo se tienen unas vistas espectaculares de toda la ciudad, del Palacio de la Penas y de la Quinta de Regaleira además de otras muchas edificaciones y palacios.

    Erigido sobre un macizo rocoso, con unos 12.000 m2 de área y unos 450 m de perímetro, el origen del nombre de Sintra viene de un templo erigido por los griegos dedicado a Cynthia, nombre que en tiempos árabes derivó en Chintra o Zintira y de ahí al actual. Durante los S VIII y IX fueron los árabes los que empezaron la construcción de la fortaleza para controlar las vías terrestres que por allí pasaban. 

    Sintra tenía su destino unido a Lisboa, de tal modo que la conquista de la capital por las tropas de Alfonso VI hizo que también cayera el castillo. En 1095 fue reconquistado por los árabes hasta que en 1147 fue definitivamente conquistado por Alfonso I de Portugal.

    Su hijo Sancho I también remodelo y fortificó el castillo ente los S XII y XIII, al igual que en el S XIV también fue reformado durante el asedio de los castellanos. Posteriormente distintos reyes portugueses eligieron Sintra como residencia pernoctando en el Palacio Real (hoy Palacio Nacional de Sintra) por lo que el castillo entró en decadencia quedando deshabitado en el S XVI tras la expulsión de los judíos. En 1.636 Un rayo cayó en la torre del homenaje dañándola y en el terremoto de Lisboa de 1.755 se agrandaron los desperfectos producidos por el rayo. 

    En el S XIX el rey alquiló el castillo al ayuntamiento y lo reconstruyó ya que estaba muy deteriorado, le construyó pasarelas, miradores y se remodeló el camino de acceso dotándolo de la vegetación existente hoy en día para convertirlo en una atracción turística. 

    Durante el S XX se acometieron varias reconstrucciones de sus murallas y se hicieron excavaciones en la capilla donde se encontraron tumbas medievales. El castillo cuenta con cinco torres, una circular y el resto cuadrangular.