Puede parecer que la puntuación es excesiva, pero no es tan sólo por la torre sino por todo lo que la acompaña. Vimos la torre desde la carretera y nos pareció que estaría bien visitarla. Llegamos y estaba justo al lado del ayuntamiento, preguntamos y salió una mujer, Ana, para explicarnos y enseñarnos la torre. Luego nos llevó al palacio, que aunque ahora es un hotel, hay partes que se pueden visitar y, al menos yo, me quedé anonadado con lo que pude ver allí. Luego, nos llevó al nuevo centro de interpretación, que todavía no estaba terminado y también nos lo enseñó y nos explicó todo lo referente a Iliturgi, la población romana.
Así da gusto visitar un pueblo o una ciudad, con gente como Ana, que yo creo que disfrutó mucho con nuestro entusiasmo por conocer su castillo y su historia. El palacio era de Doña Juana, que además tenía unas tierras de olivos. Ella excavaba ya que sabía que sus tierras estaban sobre la ciudad romana de Iliturgi. Su padre que era maestro y entendía, pues la ayudaba a catalogar y supongo a vender algunas piezas. Muchas de ellas las llevó a su palacio y allí quedaron ya que no se pueden llevar a un museo al no estar catalogadas oficialmente. Se sabe que se encontraron en sus tierras pero... así no vale, por lo que permanecen en el palacio y son una maravilla.
La torre es la del homenaje del antiguo castillo y es lo único que ha quedado del mismo. Es original del siglo XIII y fue restaurada en 1982. Tiene casi 26m de altura y casi 14 de lado. Su primera estancia es una habitación con bóveda vaída de ladrillo y casi en el centro, en el suelo se abre el aljibe, excavado en la roca. Ahora acoge un museo de pinturas. Subiendo por las escaleras, empotradas en el muro, llegamos a la primera planta, cuadrada de casi 8m de lado. Su bóveda es de ladrillos y ligeramente apuntada. La luz se recibe por sendas saeteras en cada uno de sus lados. En la parte este, hay un balcón que antes era amatacanado, y era para proteger la puerta de entrada.
A la terraza, se accede igualmente por otro tramo de escalera y nos deleita con unas grandes vistas de toda la ciudad, haciendo hincapié en el palacio que está a su lado. En las esquinas de la terraza subsisten los soportes o canes que sostenían los balcones amatacanados. La cúpula de la segunda planta es muy bonita, de ladrillo y como si tuviera tres pequeñas naves. Me gustó mucho.
Luego pasamos al palacio donde tan sólo entrar al patio, me quedé con la boca abierta de las piezas romanas que allí había. Ya dentro, en las zonas comunes, había repartidas por allí otras obras romanas junto a pinturas de artistas locales. Artesonados, muebles de madera con relieves, puertas de la misma manera. El restaurante está montado sobre las caballerizas, con una techumbre de madera bastante peculiar. Los pesebres forman parte de la idiosincrasia del lugar, haciendo un conjunto peculiar donde los haya.
Por último Ana nos llevó al nuevo centro de interpretación de Iliturgi, donde nos recibió un enorme cuadro "guerniquiano", que representaba la toma del antiguo pueblo íbero Iliturgi por parte de los romanos. Arrasaron la población y luego la abandonaron construyendo la nueva ciudad en la otra parte del Río Betis (ahora Guadalquivir) refundada por Tiberio Semponio Graco.
¡¡Conoce y vive España!!
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