Un castillo de los mejorcito que hemos visto últimamente. No sólo por el castillo en si, que se encuentra bien rehabilitado, sino por las maravillosas explicaciones de Ángel, un historiador del propio Mesones que nos hizo una visita guiada magnífica. Así si que se pueden hacer visitas a este tipo de monumentos que son los que de verdad enriquecen la cultura de la gente. Gracias Ángel por tu buen hacer.
El primer detalle que nos dijo fue que este monumento también se llamaba Castillo de Luna, en honor a su promotor, el arzobispo de Zaragoza Lope Fernández de Luna, primo del Papa Benedicto XIII, llamado el Papa Luna, que se mantuvo en sus trece, haciendo alusión a no renunciar al papado durante el cisma de Occidente. Pero volvamos un poco atrás en el tiempo, al siglo XII, cuando se construyó este castillo que, en 1175, fue donado por Doña Sancha de Abiego a los templarios, que lo conservaron hasta el fin de su existencia.
Ya, durante el siglo XIV, era de los Fernández de Luna y el arzobispo de Zaragoza, Lope, fue mano derecha del rey aragonés Pedro IV, durante las duras guerras contra Castilla, que conquistó un montón de castillos en la frontera castellano aragonesa. Fue al acabar la guerra, en previsión de que ésta no fuese definitiva, cuando construyó esta fortaleza de altos muros y de planta inexpugnable y quizás una de las mejor conservadas de la comunidad aragonesa. El arzobispo falleció en 1382 sin terminar la obra. El castillo, pasó a su heredera, su hermana Toda que lo dejó abandonado. Luego, pasó a los Ximénez de Urrea a la muerte de Toda.
La fortaleza está construida en piedra caliza, de planta rectangular y tiene seis torres, una en cada una de sus esquinas, y otras dos en la medianera de sus lados mayores. Las torres son circulares en el exterior y poligonales en el interior, cada una disponía de dos pisos separados por suelo de madera apoyados sobre arcos de medio punto sobre ménsulas. La torre situada al sureste, no llegó a disfrutar de su segunda planta. La del noreste, tenía en la segunda planta una capilla y en la inferior una cripta. Las dos torres medianeras, estarían unidas por un muro que dividiría el recinto en dos. La torre noroeste, es la que serviría para la servidumbre y tendría acceso directo a las cocinas.
La torre suroeste, no está terminada y tan solo muestra un gran arco de medio punto y puertas muy adornadas que daban a distintas dependencias, una de ellas era un oratorio particular cubierto por una bóveda de crucería. La torre medianera del sur, circular en el exterior y octogonal en el interior, está comunicada con la anterior por un mirador corrido sobre el muro sur, el más alto e inexpugnable.
De los dos recintos del patio de armas, el oriental era el que aglutinaba las estancias defensivas y la occidental era las que contenían las estancias palaciegas y de servicio. Al oeste se encuentra la Sala Mayor, de planta rectangular, cubierta con arcos de medio punto sobre ménsulas adornadas con el escudo de los Luna, muy presente en muchas partes del edificio. Para mi, la joya de la corona es la capilla, cuyo ábside se sitúa en la torre noreste, con una cúpula de madera de estilo mudéjar decorada con pinturas al temple de estilo italogótico de gran belleza y de gran valor artístico, algunas de estas piezas fueron expoliadas tiempo atrás. La capilla fue ampliada en 1680 con una pequeña nave, ocupando parte del patio de armas.
Sin lugar a ninguna duda, éste es uno de los mejores castillos que hemos visitado, sobre todo por las explicaciones de Ángel y, claro está por el edificio en si, muy bien conservado y rehabilitado, siendo un ejemplo de castillo de influencia gótica italiana, al igual que los castillos de Valderrobres o de Mora de Rubielos.
¡¡Conoce y vive España!!
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