El castillo estaba en reformas cuando fuimos a verlo, eso si, en contrapartida era gratuita la visita. La mujer de la entrada nos explicó muchas cosas del castillo. La más alucinante fue que el magnífico patio porticado de mármol se lo vendió el marqués al Museo Metropolitano de Nueva York y allí está expuesto. En la reforma que le están haciendo creo recordar que se le va a hacer una copia real, con mármoles de las mismas canteras para que podamos disfrutarlo aquí también, aunque sea una copia. Artesonados, puertas, estatuas y otros muchos elementos han sido vendidos por el Duque de Medina Sidonia a principios del siglo XX a particulares en París, Méjico y sabe Dios a donde más.
De reconstruir nada, la alcazaba fue prácticamente destruida, tan solo se conservaron algunos lienzos y el aljibe que se encuentra bajo el patio. Las obras duraron desde 1506 hasta 1515. El castillo iba a tener un estilo gótico, pero enseguida se cambió a un estilo renacentista, como mandaban los nuevos tiempos. El denominado Patio del Honor, del que ya hemos comentado algo, es una de las primeras obras maestras del primer renacimiento español junto a las del Castillo de Calahorra en Granada. Don Pedro visitó las obras que se llevaban a cabo en éste castillo granadino, de su primo Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza y al ver como estaba quedando, decidió dar un giro a la arquitectura del Castillo de Vélez-Blanco.
El castillo fue concebido como una fortaleza de cara al exterior, pero con las comodidades de un palacio de su pequeña corte señorial. El castillo tenía una división unida por un puente levadizo, hoy convertido en pasarela, que separa la parte nueva y palaciega de los restos musulmanes del recinto. El nuevo castillo está construido con sillería en las partes más nobles y con mampostería en el resto. La torre del homenaje es una estructura defensiva independiente para en el caso de asedio, fuera el último bastión de la fortaleza. Las escaleras interiores eran de madera y desmontables, para en caso de ser necesario, aislar aún más las partes altas de las bajas.
Uno de los elementos que más me llamaron la atención fueron sus almenas, muy decoradas, con sus remates con esferas. El castillo, aunque todavía mantenía su gran riqueza decorativa durante el siglo XVIII, ya empezaron a comprometer sus materiales, como sus cañones de bronce que fueron utilizados para hacer las campanas de la iglesia de la población. Durante la Guerra de la Independencia, los franceses también hicieron de las suyas, saqueando y expoliando todo lo que se pudieron llevar. Luego fue utilizado por indigentes como vivienda. Pero lo peor fue a principios del siglo XX, que el castillo llamó la atención de coleccionistas y, ante el desinterés del Estado, propició que el Duque de Medina Sidonia, también el XVI Marqués de los Vélez, vendiera muchos de los elementos decorativos del castillo ¿Quién sabe porqué y para qué?
¡¡Conoce y vive España!!
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