También conocido como Castillo de Enrique II, en la actualidad es sede del Parador Nacional de la ciudad salamantina. A pesar de ser conocido como Castillo de Enrique II, fue Fernando II de León quien lo mandó construir, durante la segunda mitad del siglo XII, sobre una fortaleza anterior de la villa. Eso si, en 1370 lo mandó reconstruir Enrique II y puso en la entrada una placa conmemorativa con la fecha.
La fortaleza tiene como centro la torre del homenaje, del siglo XIV, torre cuadrada de 17m de altura con dos pisos y terraza. En torno a la torre del homenaje, hay un primer cerramiento de murallas del siglo XIV, con varias torres en su perímetro. A pocos metros tenemos una muralla barbacana donde destacan dos torres circulares en el norte. El acceso se sitúa en la fachada sur-este cuya puerta es apuntada. Existen otras dos entradas en la fachada este. El material utilizado en su construcción es la sillería de piedra caliza en los laterales, siendo de mampostería y ladrillos en los centros de los paños, que son de reformas posteriores.
Este edificio nos muestra hasta 1484 marcas de cantero en sus sillares, de 214 tipos diferentes. Tiene tipos de marca rectas, figuras geométricas e ideogramas de símbolos religiosos y órdenes religiosas. Destacan una gran variedad de tipos, sobre todo en el interior. Pero estas marcas ¿a qué son debidas? pues cada cantero o jefe cantero tenía sus propias marcas, no como una firma de autor como si de un cuadro se tratara, sino como marca para el recuento, para poder cobrar por el trabajo terminado.
Sus muros debieron repeler distintos ataques en múltiples ocasiones. Los últimos en el marco de la Guerra de la Independencia en el siglo XIX entre tropas francesas y británicas. La ciudad fue rodeada por las tropas francesas y la fortaleza contaba con hasta seis mil hombres resistiendo al ejército napoleónico. Pese a la heroica resistencia, tuvieron que rendirse un mes más tarde ante cincuenta mil franceses. El castillo tras éstas batallas, quedó prácticamente en la ruina.
La fundación de Ciudad Rodrigo se sitúa en época romana como un asentamiento estratégico aunque su desarrollo y relevancia histórica se dieron en la Edad Media, sobre todo gracias a su situación en la frontera portuguesa. Su imponente muralla, la Catedral de Santa María y otros monumentos históricos contribuyen a hacer de la ciudad un destino lleno de patrimonio y encanto.
¡Conoce y vive España!!
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