A este castillo hemos venido a verlo dos veces. La primera vez, estaba cerrado y subimos por el paseo peatonal que es muy empinado y que cuesta un poco subir. La segunda vez procuramos que fuera en fin de semana para pillarlo abierto, subir en coche por la carretera y poder verlo por dentro. El castillo de Jumilla está muy restaurado, hay dos salas, en dos aljibes que han unido, en donde hay expuestas fotos del antes y el después de la restauración, que se llevó a cabo en 1971. No le doy las cinco estrellas por no tener visitas guiadas, por lo demás, es un castillo de los mejores que hemos visto aunque el castillo en si, no es muy grande.
El castillo está situado en lo alto de un cerro desde el que se domina una gran extensión de terreno y es el icono del municipio. Este cerro ha sido colonizado por todas las civilizaciones desde la Prehistoria, siendo sus primeras fortificaciones de la Edad del Bronce. En la Edad del Hierro, fueron los Íberos los que se establecieron aquí, construyendo un gran poblado fortificado. Lo conquistan los romanos y construyen una parte de la muralla que aún se conserva. En abril de 713, los árabes se asientan en las ruinas romanas y a partir del siglo XI comienzan la construcción de la fortaleza árabe para defenderse de los almorávides, tras la desintegración del Califato de Córdoba. Permanecieron aquí durante cinco siglos, hasta 1243, cuando merced al Tratado de Alcaraz, la fortaleza pasó a formar parte de Castilla, como toda la taifa de Murcia.
Alfonso X, a su paso por la localidad le regaló a Jumilla una imagen de la Virgen de Gracia por lo que se construyó una ermita sobre la antigua mezquita, junto a las murallas de la alcazaba de la que tan sólo quedan algunos restos. En 1294, el Reino de Murcia pasa a manos de la Corona de Aragón y en 1304, se unirá al Reino de Valencia. Posteriormente, en el marco de la Guerra de los dos Pedros, Pedro I de Castilla conquista Jumilla el 27 de abril de 1358 y le concede a la población los privilegios de la Carta Puebla.
El 9 de noviembre de 1452, Jumilla se integra en el Marquesado de Villena y en 1461, el Marqués, hizo levantar la torre del homenaje, de estilo gótico, de tres pisos, sótano y terraza, marcándola con su escudo de armas. Por la parte, este no tiene ningún vano, y sus esquinas son redondeadas para mitigar el impacto de las balas de cañón. La puerta de entrada está situada a la altura del adarve, en la segunda planta. En el sótano es donde se encontraba la mazmorra, un almacén y las reservas de agua en un pequeño aljibe. El patio de armas se encuentra al oeste de la torre del homenaje, al igual que la puerta en entrada al recinto. En el lado sur, es donde se encuentran los dos aljibes de época musulmana, donde se encuentra la exposición de fotos del antes y después de 1971.
En el recinto del patio de armas es donde estaban las caballerizas, un molino y un almacén para tinajas. También como es lógico, es donde se guardaba el armamento que consistía en tres culebrinas pequeñas, tres bombardas de hierro y tres cañones así como la munición. La torre del Maestre, entre la puerta de entrada y los aljibes, estaba destinada a la defensa de la puerta. Era de dos plantas, la parte superior protegida por almenas y troneras y la parte baja con tres aspilleras de palo y orbe para situar un pequeño cañón de bronce. En el exterior, sobre la puerta de entrada, el escudo de Diego López Pacheco.
Durante los siglos XVI y XVII, la fortaleza irá perdiendo su función militar hasta que durante la Guerra de Sucesión Española en el siglo XVIII, el castillo de Jumilla sirvió de punto de reunión de las tropas de la Casa de Borbón para luchar en la Batalla de Almansa, en 1707. Tras la victoria final del Felipe de Borbón, el nuevo rey premió la lealtad de Jumilla obsequiándole durante años del favor real. Durante la guerra de la Independencia, a principios del siglo XIX, fueron las tropas napoleónicas quieres se acuartelaron en el castillo, que adaptaron algunas de sus características, convirtiéndose, en la primera mitad del siglo en prisión. Posteriormente, tras su abandono, el castillo se deterioró notablemente. Aparte de la restauración de 1971 antes comentada, en 1990 se hizo una excavación arqueológica en el cementerio y en la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia. En el año 2000 se produjo la última actuación de restauración, cuando se acondicionó para ser visitado.
¡¡Conoce y vive España!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario