Uno de los pocos castillos cinco estrellas del país. Lo tiene todo, está rehabilitado, es grande, abre todos los días en horarios de mañana y tardes, se puede visitar entero, tiene visitas guiadas (aunque llegamos tarde y no pudimos hacerla), y tiene unas bonitas vistas tanto desde el castillo, como hacia el castillo. El monumento ocupa una gran extensión de terreno, aunque el castillo propiamente dicho, no es tan grande. El recinto está totalmente amurallado, acogiendo la Oficina de Turismo en la misma puerta, Al lado de la oficina, se encuentran los restos del Palacio Ducal de Berlanga, del siglo XVI, del que tan solo podremos disfrutar de su fachada, ya que del interior tan solo quedan los cimientos.
A continuación de la fachada del palacio, podemos disfrutar del antiguo recinto amurallado de la villa, con sus almenas y muchos cubos circulares. En el interior, podemos ver tumbas de época medieval excavadas en la roca y ya el doble recinto amurallado del Castillo de Berlanga de Duero. Fortaleza construida en el siglo XV como castillo medieval que fue transformado en el siglo XVI en fortaleza artillera de estilo renacentista. Aunque, anteriormente aquí hubo una fortaleza árabe desde el sigo X. Tras la conquista castellana del siglo XII, se le dotó a la fortaleza de un anillo exterior muy amplio que se conserva todavía.
La antigua fortaleza nazarí, de la que no quedan restos visibles, fue conquistada por Fernando I de Castilla en la campaña en la que tomó Gormaz, Vadorrey y Aguilera, antes de dirigirse a Berlanga de Duero. Ante la llegada de las tropas cristianas, los musulmanes en su huida, rompieron la muralla por diferentes lugares. Tras la conquista, la cerca hubo de ser reparada empezándose la repoblación. En 1370 es cuando tanto el castillo como la villa pasa a manos de Juan Fernández de Tovar que modifica el castillo nazarí.
Aquí, donde se encontraba la edificación anterior musulmana, es donde los señores D. Luís de Tovar y Doña María de Guzmán, Duques de Frías y Marqueses de Berlanga, ordenaron levantar el castillo señorial y la residencia familiar en lo alto del cerro, donde se localizaba la primitiva villa de Berlanga, protegida por la muralla a los pies del cerro. En la torre del homenaje, colocaron ocho escudos de armas que correspondían a los linajes de sus abuelos.
En 1512, su hija, María de Tovar y su marido Íñigo Fernández de Velasco, iniciaron las obras para el nuevo castillo, de naturaleza artillera, alrededor de la construcción del siglo anterior, que pensaban demoler. Con la muerte del matrimonio, el nuevo Marqués de Berlanga paraliza las obras conservando el antiguo castillo medieval rodeado ahora por la nueva construcción artillera inconclusa. Al transformar el castillo señorial en uno artillero, construyeron un palacio transformando parte de la muralla medieval del siglo XII. Un palacio, mucho más a mano del nuevo enclave de la villa y mucho más cómodo, acorde a los nuevos tiempos. El palacio se dice que contaba con uno de los mejores y más bellos jardines de la vieja Europa.
En los siglos XVI y XVII la fortaleza fue perdiendo sus funciones militares, pasando a tener otras muy distintas, como la de prisión, archivo o arsenal. Desde finales del siglo XVII el recinto fue cayendo en declive por lo que los propios vecinos saqueaban el castillo e incluso, el propio marqués, desmontó algunas estructuras. En 1660, el 20 de abril, el castillo sufrió un aparatoso incendio provocado por una de las salvas que se dispararon con motivo de la visita de rey Felipe IV, que dejaron en pie prácticamente solo los muros.
El castillo presenta planta rectangular en el que destaca el cubo circular del ángulo sur y la torre del homenaje del lado opuesto. Tiene dos patios, uno más pequeño a la entrada, que podría ser el patio de armas y el otro que era porticado, que formaba parte del palacio, y estaba constituido por columnas góticas con un aljibe en el centro. Abrazando al castillo señorial, se construyó un nuevo edificio preparado para la artillería, de planta rectangular y unos grandes cubos circulares en sus cuatro esquinas. Los dos delanteros incluyen casamatas para albergar la artillería. Los muros son de sillería de alta calidad y de hasta cinco metros de espesor con un parapeto inclinado para desviar los ataques de la artillería enemiga.
El risco en donde se ubica todo el recinto amurallado, se encuentra protegido en el noreste por la estribación del Río Escalote. Berlanga de Duero es uno de los conjuntos patrimoniales más importantes de la provincia soriana de la que este castillo es su máximo exponente pero que alberga otros elementos reseñables como el Rollo, la Colegiata, Casas señoriales y conventos, etc. En el interior del recinto amurallado, muy cerca del antiguo palacio renacentista de los duques, se conservan las ruinas de un pequeño templo de origen románico de que sólo queda en pie el arco de gloria.
Por desgracia, como sabéis todos, por aquí pasaron las tropas napoleónicas que, en 1811 incendiaron el palacio por lo que, tan solo se conserva la fachada del mismo. Durante los años 2004-2005, la Junta de Castilla y León, acometió un conjunto de planes y actuaciones para la conservación, protección y revitalización del patrimonio de la villa, incluyendo investigación, consolidación y restauración del monumento y de su entorno.
¡¡Conoce y vive España!!
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