Una gran alcazaba que domina toda la actual ciudad. Nosotros llegamos a Trujillo después de comer y nos dispusimos a visitar la ciudad y uno de sus monumentos más emblemáticos, la alcazaba. No pudimos visitarla por dentro, pero si pudimos admirar esos grandes muros y torres, casi todas ellas de planta cuadrada. Trujillo es una de la ciudades mas bonitas y monumentales del país, a cada lado que miras ves algo medieval. La alcazaba fue construida entre los siglos IX y XII en el cerro conocido como Cabeza de Zorro en la cota mas alta de la población cacereña.
Los restos mas antiguos que se conservan son dos aljibes en el interior de la alcazaba. Los materiales utilizados en su construcción son en su mayoría los bloques de granito de sillería. Dos de las torres guardan la entrada principal con un arco de herradura que denota su procedencia árabe. En la parte superior de la puerta, a varios metros, se encuentra una imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de la ciudad. En el siglo XV se le añadió una segunda muralla alrededor de la alcazaba en época cristiana.
Las murallas de la alcazaba están construidas con sillería y mampostería. Contaba con hasta siete puertas, de las cuales se conservan cuatro que fueron reformadas en los siglos XV y XVI. El recinto perteneció por algún tiempo a la Orden de San Juan de Pereiro. La planta de la alcazaba es prácticamente cuadrada con torres en cada una de sus esquinas y en cada uno de sus lados, además cuenta con otras dos torres albarranas, elementos propiamente musulmanes, que estaban unidos por puentes levadizos al resto de la fortaleza.
La fortaleza musulmana fue conquistada primeramente por Alfonso VIII en 1186 y, diez años después volvió a manos almohades hasta que en 1232 las ordenes militares las conquistaron definitivamente. El rey Fernando II empeño el castillo para obtener recursos y, Alfonso X se lo regaló posteriormente a su esposa Dña María de Portugal. El origen de la población es romano y en el siglo XV fue cuna de grandes conquistadores del Nuevo Mundo como Pizarro y Orellana, entre otros menos reconocibles de los mas de 600 trujillenses que participaron en ese menester.
El monumento es visitable a un precio módico, en horario de mañana y tarde lo que hará que el visitante pueda disfrutar también de su interior. En definitiva, un monumento espléndido con recios muros y torres que seguro que te transportará a otros tiempos.
¡¡Conoce y vive España!!
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