Nos fuimos a Arjonilla para poder verlo. Es un castillo no muy grande pero bien restaurado. Se encontraba cerrado pero fuimos al ayuntamiento y mandaron a un hombre a que nos abriera para poder verlo por dentro con la consigna de avisarle cuando acabáramos para volver a cerrar.

Realmente el castillo se puede ver desde fuera ya que de una de las murallas del patio de armas tan solo quedan los cimientos y el cerramiento es con una reja.

Tiene la torre del homenaje cuadrada y una torre redonda en una de las esquinas, el resto son murallas almenadas a las que se puede subir por la ronda. A la torre del homenaje se entra por la primera planta y se puede subir hasta la azotea. El interior de la torre se encuentra amueblado de época.

El castillo cuenta con una bonita historia de amoríos y es que según la leyenda, El Trovador Macías cuando vio por primera vez a Dña Elvira, quedó atravesado por la flecha de Cupido e inició una relación secreta con la Señora. Posteriormente fue enviado a la guerra de Granada y mientras tanto, el rey concedió la mano de Dña Elvira al Hidalgo Hernán Pérez de Vadillo de Porcuna.

Cuando Macías volvió, se enteró de la triste noticia pero siguió cortejando a la dama en secreto siendo correspondido por ésta. Enterose el marido y lo comunicó al maestre Don Enrique que habló con Macías en vano, siguiendo éste con el susodicho cortejo por lo que el cornudo Hernán encerró al Trovador en la torre.

El tiempo que estuvo preso, no dejó de cantarle canciones a su amada, asegurándose que éstas letras le llegaban a su señora lo que enervó al D Hernán mas todavía "sentenciándolo" a muerte, por lo que se puso de acuerdo con sus carceleros para asesinarlo en la penumbra del calabozo.

El trovador Macías fue sepultado en la iglesia de Santa Catalina de la ciudad y en su inscripción se puede leer "Aquí yace Macías el Enamorado"

Bonita y triste leyenda, una mas de los castillos de nuestra España que inspiró a autores como Mariano José de Larra o Lope de Vega.

Castillo es del siglo XII de origen almohade, resultado de reforzar las defensas de una pequeña alquería para proteger a la población de los cristianos que se iban acercando.

No fue conquistado por Fernando III sino que, cuando éste conquisto Arjona en 1244, el castillo de Arjonilla también pasó a su dominio. Fueron los cristianos los que a partir de entonces le dieron a la fortificación su forma de castillo.

En el siglo XV, el Rey Juan II lo cedió a la Orden de Calatrava con la condición de repoblar y fortalecerlo.

A partir del siglo XVI se convirtió en cementerio municipal y en su interior se construyó la ermita de Santa Catalina, en el siglo XVII se derribó la pared sur para anexionarlo al palacio del marqués. A finales del XIX lo compró y restauró D Manuel Vicente Parra.

Entre sus funciones posteriores se encuentra que sirvió como colegio y, actualmente es de propiedad municipal. Éste ayuntamiento demuestra que es fácil hacer accesible la cultura a personas que se acercan para ver sus espacios culturales. Que menos que, en horarios en los que los consistorios se encuentra abiertos a los ciudadanos, este tipo de espacios atienda a las personas interesadas.