Es un castillo con una planta maravillosa y monumental, con unas murallas y unas torres estupendas, sobre todo la torre del homenaje que es de factura cristiana aunque el resto del castillo es musulmán y tiene vestigios de una muralla anterior de la edad de bronce y una escalinata de un mausoleo romano, también hay restos de capiteles romanos.

Entramos dentro y la visita es guiada con una chica, Estefanía, que con mucho entusiasmo nos explicó toda la historia del castillo. Sobre todo hizo mas hincapié en la última época en la que desde que se marcharon las tropas napoleónicas hasta 1960 el castillo albergó el cementerio municipal, luego cuando trasladaron los restos al nuevo cementerio, lo usaban como cine de verano y para hacer fiestas y verbenas.

Gracias a los usos que se le ha dado al castillo en las distintas épocas, se ha conservado a pesar de ser del siglo X (puesto en duda en los últimos estudios arqueológicos que lo datan en el siglo XI o XII) y de no contar en la mayoría del monumento con los materiales mas duraderos ya que está construido con una mezcla llamada Tapial, similar al adobe o al actual hormigón y que usaban de la misma forma, haciendo unos cajones por hileras en donde vertían la mezcla, dejaban que fraguara y explica el color específico con vetas de las murallas y torres.

La denominación del castillo es Castillo de Burgalimar, del árabe "castillo de los baños" o Castillo de los 7 reyes (Alfonso VII, VIII, IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico) y está construido sobre un pequeño cerro que domina tanto la población como el río Rumblar en la entrada del valle del Guadalquivir en donde desembocaba como afluente en tiempos (hoy tiene dos embalses en su recorrido). La muralla es almenada y consta de catorce torres alrededor de todo el castillo aparte de la torre del homenaje de factura cristiana y de piedra del siglo XV. Apenas ha sufrido daños por lo que constituye quizás el conjunto fortificado mejor conservado del Califato de Córdoba. En el patio de armas se encuentra el aljibe dividido en dos por pilares, con una bóveda de medio punto.

Es creencia bastante extendida que fue el Califa Alhakén II, hijo de Abderramán III quien ordenó su construcción en el siglo X (hecho refutado por estudios posteriores) a la par que otras fortificaciones similares a lo largo del camino hacia Córdoba. No eran fortificaciones defensivas ya que la frontera entonces estaba muy al norte, por Soria, y estos castillos servían como paradas de descanso de las tropas magrebíes mercenarias en su camino hacia la frontera cristiana (teoría que si datan el origen de la fortaleza en época posterior, tampoco valdría ya que en el siglo XI y sobre todo en el XII, la zona si era frontera cristiano-musulmana).

En el siglo XI es cuando la descomposición del Califato, da lugar a los distintos reinos Taifa y es cuando se convierte en punto estratégico importante ya que se encuentra en la puerta de Andalucía.

Alfonso VII de León se lo arrebata a los musulmanes en 1147 pero diez años después, a su muerte, vuelve a manos árabes.

En 1189 los reyes Alfonso VIII de Castilla y Alfonso XI de León, conquistan el castillo y tres días después de la Batalla de Tolosa en 1212, el castillo vuelve al posesión islámica.

Habría que esperar hasta 1225 cuando Fernando III da un gran empuje en aras de la conquista del sur peninsular y hace suya la plaza quedando definitivamente en manos cristianas.

Es cedido al Arzobispo de Toledo y su defensa confiada a la Orden de Santiago muy presente en la zona.

En el siglo XVI se construye un fortín en la plaza de armas, rodeado de murallas interiores que reorganizó el espacio del castillo hasta la construcción posterior de la Torre del Homenaje cuando Enrique IV cede el castillo a su condestable Miguel Lucas de Iranzo en 1458 lo que provoca malestar en la población, hasta que en 1466 lo toma el regidor de Baeza que lo devuelve a los partidarios del rey y construye la torre del homenaje alrededor de uno de los bastiones musulmanes.

El recinto cuenta con dos entradas, la principal entre dos torres de la parte oeste con dos grandes arcos de herradura con un matacán por encima. Al otro lado, hay una puerta mas modesta que podría servir como ruta de escape.

Durante la invasión napoleónica, el castillo fue ocupado por las tropas francesas.

Es el segundo castillo mas antiguo de Europa (cosa hoy en día en entredicho) y junto al Castillo de Florencia, son los únicos que pueden enarbolar la Bandera de la Comunidad Europea desde 1969.

En definitiva, sea el mas antiguo de España o no, es uno de los castillos mas bonitos que he visto aunque el interior no esté como en sus mejores tiempos.

¡Conoce y vive España!