Es parte de un castillo, del que tan sólo queda la torre del homenaje. Viene siendo datado en el siglo XI y es de origen árabe. La torre es de origen cristiano y la mandó a construir Fernando III, tras la conquista de la población el 5 de febrero de 1235. Está situada en una pequeña meseta a las afueras de la población, sobre una estructura rocosa un poco más elevada que la villa.
Según escritos musulmanes, aquí se construyó el castillo en 886 por orden del general Hashim ben Abd al-Aziz, para fortificar la margen izquierda del Río Guadalquivir y como fortaleza avanzada de la de Iznatoraf. Este castillo árabe, a su vez fue levantado sobre una fortaleza romana. Tras la conquista cristiana el nuevo castillo cumplió funciones estratégicas entre el Arzobispado de Toledo y el Adelantamiento de Cazorla.
La Torre del homenaje, la única construcción que ha sobrevivido hasta nuestros días, consta de tres plantas cada una de ellas con dos estancias comunicadas entre si. Con 13.70m de altura y 9.42m de lado, presenta ventanas rectangulares y saeteras y está rematada por una espadaña añadida posteriormente cuando la torre fue utilizada como lugar de culto cristiano. También se conservan en la fachada principal los restos de una ladronera. Las plantas están cerradas por cúpulas de bóvedas de cañón apuntadas.
Fue construida en mampostería con sillares en las esquinas. Las piedras utilizadas en su construcción proceden de dos canteras distintas por lo que presenta una apariencia bicolor. La entrada se realiza a ras de suelo a través de un vano adintelado y sobre ella están los restos de la ladronera mencionada antes. Actualmente acoge el Centro de Interpretación de la Historia de las Cuatro Villas, Iznatoraf, Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo y Sorihuela del Guadalimar. En su interior podemos ver una réplica del Tesoro de Mogón, encontrado en Villacarrillo en 1916.
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