En éste caso, voy a empezar por la curiosidad. Este castillo representó a La Torre de la Alegría en la serie Juego de Tronos, durante escenas de recuerdos del pasado de Ned Stark y donde nació John Nieve. En un castillo roquero muy bonito que se encuentra en medio del campo, sobre una roca, está bien rehabilitado. El camino de acceso está bastante bien, aunque es un poco largo, de gravilla, de unos 6 km. Esta construcción nos muestra una estampa preciosa de lo que es este tipo de monumentos.
No obstante, el lugar ha sido habitado antes de todo eso, desde la Edad del Bronce y del Hierro, incluso hay vestigios romanos en el interior del castillo. Aunque la fortaleza más antigua situada en éste sitio es de factura visigoda, antes de 720. Los musulmanes durante la Taifa de Toledo, también tenían una fortificación en este lugar. La fortaleza árabe, fue conquistada en 1129 por los cristianos, entrando a formar parte de la Corona aragonesa, para la defensa de la Tierra de Daroca.
El castillo actual, fue fabricado en la segunda mitad del siglo XII de la mano de la familia Lara. El tercer señor de Molina, Gonzalo Pérez de Lara, se rebeló contra el rey Fernando III de Castilla en 1222 y se refugió en esta fortaleza, que ante su inexpugnabilidad, obligó al monarca a pactar la Concordia de Zafra, por la que Molina de Aragón pasaría a dominio castellano a la muerte de Don Gonzalo, cuando su hija Mafalda heredara el señorío de Molina y se casara con el hermano del rey castellano, el príncipe Alfonso, llamado más tarde de Molina.
Dos hechos paralelos pero separados en el tiempo. En el siglo XIV, Enrique II de Castilla, otorgó el castillo y el señorío de Molina a su aliado Bertrand du Guesclin, pero la población se opuso e invitó al rey aragonés Pedro IV que los gobernara. En el siglo XV, Enrique IV, hizo lo mismo, se lo entregó su valido Beltrán de la Cueva, provocando otra rebelión sofocada por Juan de Hombrados Malo que consiguió mantenerlo en el Reino de Castilla. Posteriormente, los Reyes Católicos se lo otorgaron a Hombrados para que lo tuviera en custodia hereditaria, cuya familia lo conservó durante años. Tras la unificación de los reinos cristianos y la finalización de la conquista de Granada, hicieron que el castillo perdiera importancia estratégica y fuera cayendo en la ruina a partir del siglo XVI.
El castillo siguió perteneciendo al Estado hasta 1971, que lo puso en subasta y fue adquirido por Antonio Sanz Polo, descendiente de Juan de Hombrados Malo por 30.000 pesetas (180€), aunque el edificio estaba en esos momentos completamente en ruinas. Su familia había guardado durante más de 400 años la documentación sobre la tutela del edificio, transmitiéndolo de generación en generación. Antonio Sanz, pasó los siguientes 30 años de su vida reconstruyéndolo, gastando la mayor parte de su fortuna en el empeño. Por ello fue reconocido con la Medalla al Mérito de la Asociación Nacional de Amigos de los Castillos.
¡¡Conoce y vive España!!
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