En realidad, lo que tenemos en Villarroya de la Sierra son dos castillos y un recinto amurallado. El Castillo de la Reina y el Castillo del Rey. El castillo del Rey es el más pequeño y es el que realmente vimos, el de la Reina, lo vimos desde lejos. El castillo del rey, es tan sólo una torre y está rodeado de unos jardines y se puede acceder libremente (a los jardines, la torre está cerrada). La torre se encuentra en muy buen estado, también quedan algunos muros que lo rodean y todo el conjunto se conserva bastante bien en lo alto de la colina.
Tras la conquista cristiana de la ciudad en el siglo XIII, con el fin de fortalecer las defensas de la villa, se construyó primero el Castillo de la Reina, en la cota más alta de la población y distante del Castillo del Rey por unos cientos de metros. Pero este monumento no se encuentra tan bien conservado. El Castillo de la Reina es de origen musulmán y anterior al del Rey. Era la primitiva fortaleza de la ciudad musulmana que fue conquistada por el rey aragonés Alfonso I, El Batallador sobre el año 1120. Está construido en tapial, de ahí que no se conserve tan bien. El castillo fue utilizado como almacén agrícola, lo cual tampoco hizo ningún bien para su conservación.
El del Rey está construido en mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas y mide unos 20 metros de altura. También conserva sus almenas. Eso si que tienen los dos castillos en común, unas bonitas vistas de la ciudad y del entorno. Los dos castillos jugaron un papel fundamental durante la Guerra de los Dos Pedros entre Castilla y Aragón. A pesar de estar compuesta la defensa de la ciudad por dos fortalezas independientes y reforzadas durante el siglo XIV, los aragoneses no pudieron evitar ser conquistado por las tropas castellanas en dos ocasiones. Los dos castillos junto a la Iglesia Fortificada de San Pedro, formaban el conjunto defensivo de la ciudad y hoy en día forman el conjunto monumental de la población zaragozana.
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