Llegamos al Palacio musulmán más al norte del Europa. Es como una Alhambra pero 700 kilómetros mas al norte. Es una maravilla de palacio que además lo vimos con una visita guiada con Silvia, una mujer muy agradable y simpática, que nos hizo una visita además de didáctica, muy divertida. Nos lo pasamos muy bien y nos explicó muchas cosas curiosas. De los monumentos en los que mejor lo hemos pasado, gracias Silvia.
Lo primero que me resultó raro fue el nombre, Palacio de la Aljafería, que viene por derivación de uno de los nombres de rey que lo mandó construir, Abú Yaáfar al-Muqtádir en el siglo XI como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Aljafería viene de la evolución fonética de Abú Yaáfar, pasó a al-Yafariyya, luego Aljafaria y por último Aljafería. Este palacio de recreo, llamado entonces Qasr al-Surur o palacio de la Alegría, es un fiel reflejo del esplendor alcanzado por la taifa de Saraqusta en el período de su máximo apogeo político y cultural.
La gran importancia de este monumento radica en ser el único gran edificio de arte hispanomusulmán de la época de las taifas que, encuentra sus precedentes artísticos en los palacios sirios de los omeyas del desierto, típicos de la primera mitad del siglo VIII. La planta del recinto fortificado, estaba reforzada por dieciséis torreones semicirculares. Se muestra al visitante dos mundos muy alejados entre si, el exterior netamente militar y austero y, el interior que bebe de la cultura y el arte musulmán sin igual.
Tras la conquista de Saraqusta en 1118 por Alfonso I el Batallador, el monumento fue designado como residencia de los reyes cristianos de Aragón. En 1492, los Reyes Católicos reformaron la planta principal para convertirlo en su palacio. En 1593, se le hizo otra reforma para reforzarlo militarmente, dotándolo de foso y jardines según diseños renacentistas. Más tarde fue convertido en acuartelamiento de militares. Durante la Guerra de la Independencia, sufrió grandes desperfectos como por ejemplo la pequeña y rica mezquita, que fue utilizada como cocina cuando esto fue un cuartel. El rey Abú Yaábar, la construyó para no tener que desplazarse cinco veces al día, a rezar a la mezquita más cercana, que distaba unos diez minutos a pie del palacio.
En su origen, La Aljafería se construyó extramuros de la muralla romana y era una construcción recreativa del monarca, de ahí su primera denominación como palacio de la Alegría. La edificación más antigua del recinto es la Torre del Trovador, llamada así por el drama El Trovador de 1836, de Antonio García Gutiérrez, convertida en la ópera Il Trovadore en 1853 por Verdi y que estaba inspirada en esta torre del siglo IX.
Me podría poner a escribir horas sobre este magnífico monumento pero no hay palabras para describirlo adecuadamente. Es como querer describir la Mezquita de Córdoba o la Alhambra o el Taj Mahal. ¡Tienes que venir a verlo! Si, te puedo contar una pequeña curiosidad. Veréis, los Reyes Católicos tenían su escudo, que estaba coronado por el águila de San Juan (mayormente era el símbolo de Isabel) y estaba en todos los palacios y castillos de los monarcas. Pero aquí, en el corazón y la capital de Aragón, Fernando dijo; esta es mi casa, por tanto aquí se pondrá nuestro emblema pero con mi sello. Fernando Rey de Aragón, que dicho rápido, podría sonar como Fernando Rey Dragón y, aquí, todos los emblemas están coronados por un dragón, menos en un patio en el que están los dos emblemas, como concesión a su esposa.
¡¡Conoce y vive España!!
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