El castillo se encuentra en lo alto de un gran peñón y ya desde lejos tiene una planta maravillosa. Hay que subir a pie por una escalera moderna, lo que facilita un poco la tarea ya que el castillo está bastante alto.
Perteneció al Concejo de Córdoba y posteriormente a la Orden de Calatrava.
La torre del homenaje estuvo rematada por matacanes y almenas hoy en día desaparecidas.
El sistema de construcción es la sillería en sus esquinas y la mampostería en el resto.
El acceso es por la citada escalera y una puerta acotada al lado de una torre albarrana, sistema típico árabe de defensa.
El castillo también fue ocupado por las tropas napoleónicas que refortificaron las muralla recreciéndolas y dotándolas de aspilleras para la artillería y, tal fue la animadversión propiciada entre la población que cuando se marcharon el pueblo intentó destruir la fortaleza que aguantó estoicamente los diferentes envites.
También ha sufrido distintos períodos de abandono a los que aguantó de igual forma dada la robustez de la construcción.
El mayor daño producido al enclave ha sido una explotación de cantería del propio peñón en donde se ubica el castillo que con un derrumbe también cayó parte de la muralla que posteriormente fue reconstruida aunque no en el mismo sitio que quedó al aire.
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